MI BARCO

Santa Marïa - F-81

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Marchando

sábado, 7 de noviembre de 2009

Negreros

Creo que es de justicia hablar de un tema un tanto oscuro de nuestra historia, pues parece que solo nos gusta hablar de batallas, épicas defensas, derrotas.....
Quiero dedicar esta entrada a un comercio legal en su época y que aportó muchos beneficios, no solo a tratantes , también a lo Corona por medio de los llamados "asientos de negros" como era conocido en la época.
Por desgracia , el tema aún sigue vigente, el tráfico de seres humanos, con los que un día si y otro también siguen abriendo los noticiarios .
Pero, ¿Como eran las naves que se dedicaban a esta lucrativo negocio?
El transporte(S XVII)
El padre Alonso de Sandoval relata como testigo que los negros "van de seis en seis encadenados por argollas en los cuellos, asquerosos y maltratados, y luego, unidos de dos en dos con argollas en los pies. Van deba
jo de la cubierta, con lo que nunca ven el Sol o la Luna. No se puede estar allí una hora sin grave riesgo de enfermedad. Comen de 24 en 24 horas una escudilla de maíz o mijo crudo y un pequeño jarro de agua. Reciben mucho palo, mucho azote y malas palabras de la única persona que se atreve a bajar a la bodega, el capataz". Sobre un cómputo de 29 barcos llegados a las Indias de forma consecutiva, de los 7.143 esclavos en las lejanas costas de Africa, sólo 5.551 llegaron vivos.
Los barcos de la trata.
Los costos de la operación negrera resultaban elevados (licencias, registros, mercancía de trueque). Existía la obligación de armar el barco debido a la piratería para revender ilegalmente esclavos tomados como presa.
Un patache de 30 toneladas debía llevar ocho mosquetes y dos arcabuces, tres arrobas
de pólvora y dos de plomo. Si el barco es de 100 toneladas son obligatorias cuatro piezas de artillería, 150 balas, 15 mosquetes, 12 picas, un quintal de plomo y pólvora. Para amontonar el mayor número posible en las bodegas se hacían distintos sollados de madera, donde sólo cabían tumbados. De vez en cuando se les subía a cubierta donde eran obligados a realizar violentos ejercicios físicos para evitar que la inactividad menguase demasiado el tono muscular, del que dependía el precio de venta.