MI BARCO

Santa Marïa - F-81

Santa Marïa - F-81

Marchando

sábado, 28 de febrero de 2009

Fragatas F-80

En mis casi tres años de servicio en la Armada Española tengo un especial recuerdo de mi tiempo embarcado y en especial en tener el honor de pertenecer a la primera dotación de la F-81 “Santa María”.Eran otros tiempos , ya va para mas de 20 años y como homenaje quiero publicar en mi blog la historia de esta serie que supuso la entrada de nuestra Armada ya no en el club de los “grandes” , pues nuestro presupuestos no nos permiten mas, pero al menos estar en “primera división”.Aprovechando la reforma de las dos primeras fragatas de la Clase Santa María, se me ha ocurrido hacer un pequeño resumen de estas naves, que en su momento formaron la punta de lanza de la Armada Española.
LA NECESIDAD
El
programa F-80 comenzó a finales de los años 70, cuando la Armada expresó la necesidad de formar un grupo de combate basado en el Príncipe de Asturias y su grupo de escoltas. Después de examinar el panorama naval de aquellos años y en consonancia con el cambio de rumbo que se produjo con las F-70 Baleares (clase Knox americanas) gracias a la inestimable colaboración del Sr. Harold Wilson, la Armada decidió adaptar a las necesidades españolas el modelo más avanzado que en ese momento existía en las marinas de todo el mundo, el modelo largo de las fragatas Oliver H. Perry, igualmente conocidas como FFG-7, ya que eran unos buques con una buena capacidad antiaérea y antisuperficie para los requerimientos de aquellos años, aunque su punto fuerte fuese la lucha antisubmarina.
Cuando digo capacidad antiaérea, hablo de autodefensa, ni de lejos se pensó en que las Santa María procurasen defensa de zona al grupo de combate, esa misión recaía en el Príncipe de Asturias, que debía asegurar la alerta temprana y la defensa antiaérea del grupo, desviando por tanto los Harrier de su misión principal. Pero volviendo al nacimiento de las fragatas, sería conveniente remontarse a los primeros setenta, cuando la Navy decidió la construcción de este tipo de buques. En 1970, el jefe de operaciones navales de la US Navy, el por entonces vicealmirante E. R. Zumwalt, solicitó el diseño de un buque barato, sencillo y robusto, capaz de cometidos multitarea, que incorporase las enseñanzas recibidas de los diseños anteriores y que pudiese reemplazar con garantías a los destructores de la Segunda Guerra Mundial, que estaban siendo dados de baja sin ser sustituidos por ningún buque, al menos no de una manera satisfactoria.
Debían ser barcos con buena autonomía, con capacidad para operar fuese cual fuese el estado de la mar y con una habitabilidad suficiente para grandes desplazamientos, en realidad, para aquellos años, más que suficientes.
El panorama de la Armada Española, tampoco era especialmente alentador, cuando se tomó la decisión de encargar las Santa María, la flota contaba con 16 destructores clases Flecher, Gearing (FRAM I), Audaz, Oquendo y Alava, y nueve fragatas, tres fragatas clase Pizarro, dos cañoneros reconvertidos en fragatas clase Marte, y cuatro corbetas o fragatas ligeras clase F-50/F60 “Descubierta” (no confundir con las Corbetas F-30 del mismo nombre) y estaban ya ordenados las cinco fragatas clase Baleares y las cinco corbetas F-30 clase Descubierta. En total 25 escoltas y once más encargadas
A la entrada en servicio de la Santa María (1986) la situación era más
desesperada, la Armada contaba con:
Destructores: Cuatro clase Flecher: D-22 “Almirante Ferrándiz”, D-23 “Almirante Valdés”, D-24 “Alcalá Galiano”, D-25 “Jorge Juan” retirados entre el 86 y el 88.
Uno de la clase Oquendo: D-43 “Marqués de la Ensenada” (retirado en el 88)
Cinco clase Gearing (FRAM I): D-61
“Churruca”, D-62 “Gravina”, D-63 “Méndez Núñez” D-64 “Lángara” y D-65 “Blas de Lezo” (retirados entre el 89 y el 92)
Cuatro corbetas de la clase Descubierta: F-61 “Atrevida”, F-62 “Princesa”, F-64
“Nautilus” y F-65 “Villa de Bilbao” (retiradas en el 91 y 92)
Cinco Fragatas clase Baleares: F-71 “Baleares”, F-72 “Andalucía”, F-73 “Cataluña”, F-74 “Asturias” y F-75 “Extremadura”
Seis corbetas F-30 clase Descubierta: F-31 “Descubierta”, F-32 “Diana”, F-33 “Infanta Elena”, F-34 “Infanta Cristina”, F-35 “Cazadora” y F-36 “Vencedora”

Total diez destructores, cinco fragatas y diez corbetas, de las cuales en realidad sólo se podía contar con las cinco fragatas Baleares y las seis F-30, pues el resto apenas vieron la entrada en servicio de las cuatro primeras Santa María que fueron entrando entre 1986 y 1990. Muy lejos por tanto de los 30 ó 40 escoltas en las que cifraba la Armada sus necesidades.
Por tanto, la Armada optó por buques ya probados. Recordemos que la FGG-7 Oliver H Perry entró en servicio en
1977 y que ya habían sido mejoradas por la propia US Navy con un nuevo sonar remolcado, el SQR-19 y un nuevo helicóptero el SH-60B Sea Hawk LAMPS III. El helicóptero es el que dio la dimensión exacta a las Perry, haciendo de ellas unas insuperables naves antisubmarinas.
Gracias a estos cambios ya realizados, nuestra flota no tuvo que hacer grandes modificaciones para adecuar los buques a nuestras necesidades. Se sustituyó el CIWS (Close in Weapon System o Sistema de Armamento de Proximidad, la última esperanza contra un misil que ya hubiese superado las anteriores líneas de defensa) instalando el Meroka Naval de fabricación nacional en lugar del Vulcan Phalnax que armaba las fragatas norteamericanas. Una decisión comprometida como luego se vio, y también se cambiaron alguno
s sistemas de guerra electrónica, como el italiano Nettunel emplazado en las cuatro primeras fragatas. En las F-85 y F-86 se instaló el Mk-3000.
A finales del 73, conforme a las disposiciones presupuestarias, la Armada cifró en cinco fragatas del tipo FFG, el óptimo para la defensa naval de España. La situación económica y social de la nación obligó a reducir esa cifra a sólo tres unidades, que fueron aprobadas con los nombres de F-81 “Santa María”, F-82 “Victoria” y F-83 “Numancia”, después de desechar otras denominaciones que se barajaron como “León”, “Murcia” y “Navarra” y también “Santa María”, “Pinta” y “Niña”. Los nombres definitivos fueron, a mi entender, completamente adecuados al hacer mención a aquellos buques que marcaron un hito en la historia naval del planeta y nombrar ahora a los buques que deberían convertirse en el núcleo de la escuadrilla de escoltas junto con las F-70 “Baleares” y las F-30 “Descubiertas” (entonces corbetas o fragatas ligeras en denominación OTAN).
Quizá ahora, a la luz que nos ofrecen las “Álvaro de Bazán” nos pueda parecer ingenuo el considerar a las “Santa María” como un buque excepcional, pero si recordamos de dónde veníamos quizá podamos valorar de forma más precisa el impacto que para la Armada Española supuso la introducción de las F-80.
En 1980, la Armada vio la oportunidad y la aprovechó. Renunció a las dos últimas unidades de la clase “Descubierta” por el compromiso del gobierno de aprobar dos nuevas unidades F-80, que fueron vendidas a Egipto. (Luego el contrato del siglo fue incobrable y de las dos fragatas solo uno llegó a construirse, pero eso otra historia). Como decía, con este cambalache, se aprobó la F-84 “Reina Sofía”. De manera que al menos se contaba con cuatro unidades modernas.
Posteriormente, la c
ancelación del proyecto NFR-90, del que ya hablaremos en otra ocasión, situó a la Armada en una situación comprometida. De pronto se encontró con que la necesaria sustitución de las Descubiertas no se podía realizar, habría que diseñar un nuevo buque desde el principio y no había garantías de que pudiese estar dispuesto en la fecha requerida.
Ante este panorama, el gobierno y la Armada optaron por una decisión salomónica, se encargarían dos nuevas fragatas gemelas de las anteriores, la F-85 “Navarra” y la F-86 “Canarias” mientras se diseñaban, desarrollaban y construían las F-100.

Estas dos fragatas serían no tanto gemelas como mellizas de las anteriores, ya que en los diez años que pasaron entre las cuatro primeras y las dos últimas no solo se había evolucionado la tecnología naval, sino que la nación también había sufrido un desarrollo considerable, de modo que la industria autóctona estaba capacitada para asumir una mayor participación en las mismas, de modo que hasta el 70% de estas son de fabricación nacional, incluyendo el sistema de combate que es totalmente autóctono.
DATOS TECNICOS
DIMENSIONES y DESPLAZAMIENTO
Con un tamaño de 138,1m de eslora por 14,3 m de manga y 7,3
m de calado y un desplazamiento de 4.017 toneladas a plena carga, presentan unas cifras similares a las de los cruceros ligeros de la segunda guerra mundial y cuentan con una relación eslora/manga de 9,66:1, que le permite alcanzar una buena velocidad, sobre todo si consideramos que la potencia instalada es de apenas 40.000 CV, eso sí, en detrimento de la maniobrabilidad y estabilidad que es inferior a la de sus contrapartes.
En el casco, quizá lo que más sorprende es una roda casi de cutter y la ausencia del domo del sonar a proa, que está situad
o en la parte inferior de la quilla, a doce metros del tajamar, constituyendo una amplia perturberancia de 7 metros de longitud. La popa es de cajón, de mayores dimensiones que las primeras norteamericanas para que pudiese operar el SH-60 al mismo tiempo que alojaba el sonar remolcado (TACTASS) y sus servicios. Estas adiciones fueron las que motivaron el “alargamiento” de la eslora, pasando de 135,9 m a 138,1.
La superestructura hace pocas concesiones al diseño, teniendo un
a forma totalmente poliédrica y aloja el hangar para el helicóptero (dos en las fragatas norteamericanas y australianas) y los servicios de la nave, la CIC (Central de Información y Combate), la CECOM (Central de Comunicaciones) y otros servicios electrónicos que se encuentran debajo del puente, amén de los alojamientos y el soporte de la artillería.
PROPULSION
Las fragatas clase Santa María usan el sistema de propulsión CODOG (Combined Diesel or Gas, o propulsión combinada diesel o gas). Se trata de un sistema de propulsión que puede utilizar indistintamente combustible diesel o gas. Se trata de que por cada hélice haya un grupo diesel que se utiliza habitualmente para la ve
locidad de crucero. Sin embargo, cuando el buque necesita su velocidad máxima, puede poner en funcionamiento su turbina de gas con transmisión y reducción mecánica. Los dos sistemas están conectados a la hélice mediante embrague, pero sólo puede utilizarse uno u otro. Esta es la principal diferencia con el sistema CODAG que puede utilizar combinaciones de ambos sistemas.
En las F-80 la potencia se obtiene de dos turbinas de gas General Electic Land Marine 2500de 29.400 kw. Como propulsión diesel, utiliza cuatro generadores alimentados por cuatro motores diesel Detroit 149 con un potencia de 4.000 kw y una caja reductora Western Gear que mueven finalmente u
na hélice de cinco palas y paso variable con la que alcanzan una velocidad máxima (con la turbina de gas) de 31 nudos.
SENSORES
Las fragatas están dotadas de un radar primario SPS-49, que trabaja en dos dimensiones y opera en las bandas C/D. Para la búsqueda en superficie utiliza el SPS-55 que opera en las bandas I/J auxiliadas para la navegación con un RAN 12LX de Selenia que opera en las bandas D/I (para designar blancos para el Meroka) que trabaja en las mismas bandas I/J para la n
avegación.
Para el control de fuego, se apoyan en dos radares integrados RCA Mk-92 Mod. 2 que opera en la banda X y un Sperrey VPS-2 (para el Meroka) que es un doopler monopulso que opera en la banda I en lugar del Lockheed Stir Mk-5A SPG-60 que utiliza el Vulcan. Por úl
timo el sistema de radionavegación Tacan URN-25 y el sistema de identificación amigo/enemigo IFF
En el apartado de contramedidas, la Armada fió la defensa ESM/ECM a la italiana Nettunel, de Electtronica SpA
El sistema de tiro se a
poya además con dos directores ópticos TDT Mk-45, mientras que para la lucha antisubmarina cuenta con un sonar activo en el casco SQS-56 que opera con una potencia máxima de 450 Kw y 62 hertzios y un sonar remolcado SQR-19, conocido normalmente como TACTASS.
Quizá debiéramos detenernos siquiera un momento para hacer un breve esbozo de este sonar, ya que junto con el helicóptero Sea Hawk son las principales armas de estas fragatas.
El AN/SQR-19 es un sonar remolcado basado en un cable lleno de micrófonos que es remolcado una milla detrás del buque para la detección pasiva de submarinos
. El motivo de llevarlo remolcado es para evitar la interferencia de los ruidos propios del buque propio y así poder realizar el seguimiento de varios objetivos a la vez. Tiene un radio de acción de 360º y es capaz de detectar una traza submarina a 100 millas de distancia. Como curiosidad el programa que se encarga del procesamiento de los datos fue en su momento el mayor que se ha embarcado nunca en un buque.
El problema de lo
s TACTAS es que fueron diseñados para la guerra fría y estaba especialmente optimizado para el seguimiento de submarinos nucleares soviéticos que operaban en aguas abiertas, por lo que hoy en día tienen problemas para seguir a los SSK operando en aguas litorales, razón por la cual no se han instalado en las F-100 y están siendo retirados de las Oliver H. Perry y de las Santa María.
ARMAMENTO
Una de las mayores innovaciones de las Oliver H. Perry (y por tanto de las Santa María), es la ausencia del cañón a proa como arma principal, decisión tan sorprendente como criticada posteriormente y que solo es explicable desde la moda por la tecnología que se desató en los últimos 60 y 70. Cuando los misiles crucero iban a sustituir a los aviones tripulados y los blindados eran una rémora del pasado
En su lugar, su principal potencia de fuego la constituía el lanz
ador de raíl bivalente para misiles Standard SM-1MR (lucha antiaérea) y Harpoon GMLS Mk-13 (antibuque) y dos montajes triples TLT Mk-32 Mod 5 para torpedos Mk-46 de 325 mm. Completa el armamento de las fragatas un cañón OTO Melara de 76 mm, un cañón de tiro rápido CIWS Meroka (a diferencia de las norteamericanas que llevan el Vulcan Phanlax) sobre el hangar.
Pero indiscutiblemente, la estrella es el SH-60B, como parte integrante del sistema LAMPS III, junto al sonar de arrastre. Armados con sonoboyas y un sistema remolcado para la detección de anomalías magnéticas (MAD), los datos acústicos y electromagnéticos son reenviados desde el helicóptero al barco para el procesamiento y evaluación. Así mis
mo, también va armado con un radar de búsqueda APS-124 y torpedos Mk-46 o Ml-50, misiles AGM-114 Hellfire y ametralladoras M60D o GAU-16 en las puertas.
Además el helicóptero podía también actuar como avanzada de radar, ya que su radar puede detectar buques a más de 160 millas, mejorando en mucho las prestaciones de la nave, pudiendo destruirlos caso de ser necesario mediante los Hellfire propios o comunicando su posición al buque, ya que el enlace de microondas que comunica barco y helicóptero permite la comunicación en tiempo real entre ambos.
HISTORIAL OPERATIVO
Si bien, como he señalado anteriormente, las F-80 se basan en las Perry, y más concretamente en la FFG-50 USS Taylor (la última serie de O. H. Perry), hay
algunas diferencias entre unas y otras a parte de los ya reseñados sistema Meroka de defensa de punto y el sistema de guerra electrónica Nettunell de paternidad italiana, con el que se dotan las Santa María en lugar del AN/SQL-32 norteamericano. Las fragatas norteamericanas embarcan dos helicópteros SH-60B, mientras que las españolas solo portan uno, decisión que ha continuado en las F-100, y que a mi modo de ver sólo responde a cuestiones presupuestarias y no a motivos operativos.
Desde la entrega a la Armada, las seis fragatas han encuadrado la 41ª escuadrilla de escoltas e integradas en el Grupo Alfa con el Príncipe de Asturias hasta la disolución de este, cuando pasaron a depender directamente del Almirante de la Flota.Como ya se ha dicho, en la fase de diseño, estas unidades se proyectaron como unidades baratas que pudiesen ser construidas en grandes series. Al final fueron cualquier cosa excepto baratas, pero han demostrado, tras los cambios introducidos en su construcción, que valían cada dólar gastado en ellas. Tienen, eso sí, algunos defectos intrínsecos a su diseño y que no han podido ser solvent
ados, como la única hélice y el poco margen de crecimiento para ampliaciones y mejoras. Aspecto este muy importante cuando hablamos de buques, que necesariamente van a tener una vida operativa más prolongada que los equipos instalados en ellas y que a mediados de su vida útil va n a recibir una reforma completa en la que presumiblemente se le van a instalar sistemas nuevos que necesitan un espacio que ha de ser tenido en cuenta a la hora de su diseño.
Por otro lado, considerando el reparto de tareas que la OTAN atribuía a la Armada Española, el principal cometido de nuestra flota era la lucha contra los submarinos soviéticos en el triángulo Baleares – Estrecho – Canarias, y para ese cometido, con espacio extra o sin él, estaban espléndidamente preparadas.
La vida operativa de las F-80 ha sido bastante ajetreada en sus dos décadas de historia, las cuatro unidades iníciales participaron en el bloqueo a Irak durante la
Operación Tormenta del Desierto, posteriormente en las aguas de la antigua Yugoslavia y más recientemente en la operación Libertad Duradera, donde la Navarra junto al Patiño interceptaron y abordaron el carguero coreano “So San”, descubriendo la carga de misiles Scud que portaba Por último, la Navarra y la Numancia también participaron en la crisis de Perejil, aunque afortunadamente su concurso no fue necesario.
Además han estado siempre presentes en las maniobras de la OTAN como las Active Endeavour Strog para garantizar el paso de buques no combatientes a través del Estrecho y encuadradas en sus flotas, tanto del Mediterráneo (STANAVFORMED) como del Atlántico (STANAVFORLANT).
Si bien desde la entrada en servicio de las F-100, el peso de la f
lota ha pasado de las Santa María a las Álvaro de Bazán, las F-80’s siguen desempeñando un papel activo en la Armada, y se espera que tras la modernización que se está llevando a cabo esta actividad sea aún mayor.
MODERNIZACION
Las dos primeras naves de la clase Santa María han terminado el proceso de modernización que ha durado más de 18 meses. Se trata de poner al día las naves para que puedan seguir manteniéndose en primera línea durante los próximos 15 años, máxime cuando las disponibilidades de la Armada se han reducido a las 6 Santa María y las 4 Álvaro de Bazán. Situación verdaderamente comprometida y que, a mi juicio, no será mitigada con la entrada de la F-105 y los BAM.
Se pretende la renovación de equipos y la sustitución de otros que han quedado obsoletos, simplificando el mantenimiento y aumentando la operativid
ad de manera que puedan servir de apoyo a las F-100 y sustituir a estas cuando las circunstancias lo aconsejen, teniendo siempre en cuenta que ni por diseño, ni por edad, ni por armamento se puede pensar en que estas unidades puedan reemplazar a sus hermanas mayores en situaciones de alta peligrosidad, pero si aligerar la carga de trabajo de estas en escenarios menos críticos.
La modernización comenzó con un estudio por parte de Izar (luego Navantia) para delimitar que se quería lograr y cómo hacerlo. Se llegó a la conclusión que lo mejor sería partir de cero, de manera que los equipos instalados fuesen los que se instalarían en un barco nuevo.
Este programa tuvo un presupuesto de 254 millones de euros y se inicio sobre las fragatas F-82 “Victoria” y F-83 “Numancia”, que tras un estado de baja disponibilidad arribaron a los astilleros de Navantia en Cádiz en el 2005 para comenzar la MLU.

Según la Revista Española de Defensa, (y por tanto oficial), los ingenieros se encontraron con la dificultad de que si bien se conocían los estudios de viabilidad, la ingeniería de detalle no estaba realizada, ya que no se disponían de toda la información necesaria al respecto, lo que alargó el proceso, lo que es paradójico, ya que fue la misma Navantia la que construyó los buques.
Ya puestos, se decidió que al mismo tiempo que se modernizaban, se aprovecharía la estancia en dique para acometer otras actuaciones como el programa CAVIMAR (Calidad de Vida en el Mar) en la Victoria y ponerlo al día en la Numancia (que ya lo había recibido anteriormente y el PIP (Periodo de Inmovilización Programado) para mantenimiento preventivo y correctivo. Programa que cada cierto tiempo tienen que pasar todos los buques para mantenerse operativo y que acertadamente se decidió que confluyese en el tiempo con la modernización, a pesar de que estas modificaciones “extras” han aumentado el tiempo de no disponibilidad en un 20% del tiempo requerido para su entrega a la flota.
Cita la revista que esta modernización es importante para la Armada y para Navantia, ya que es la primera vez que en España se realiza una operación semej
ante para actualizar un buque de guerra y se aumenta considerablemente sus capacidades y aunque aún es pronto para afirmarlo, el resultado parece ser satisfactorio. Una operación de este calado solo se había realizado de una forma similar en las corbetas Descubierta para convertirlas en patrulleros, pero evidentemente, por la magnitud de las mejoras y el tamaño de los buques, la modernización de las Santa María es mucho más importante que la realizada en las F-30. Pero a mi entender, la modernización que se realizó en las Baleares fue más importante, más ambiciosa y más exitosa, llegando estos buques después de modernizados a superar incluso a las F-80 Hay que tener en cuenta que la modernización llevada a cabo no se limita a la adición de nuevos sistemas, posibilidad muy limitada ya que conforme se ha expuesto antes, uno de los mayores defectos de las Oliver H. Perry es lo ajustado de su desplazamiento, que no permite la instalación de nuevos equipos sin la retirada previa de los precedentes u otros que se estimen menos necesarios, sino también recuperar las capacidades perdidas por el tiempo
A La F-82 "Victoria" y a la F-83 "Numancia” se les ha instal
ado dos sistemas multisensores Dorna para vigilancia y control de tiro, dotados con sensor láser infrarrojo y una cámara de televisión para seguir blancos a corta distancia en bajas condiciones de visibilidad, igual al que opera en las F-100.
El ya vetusto RAN-12L va a ser sustituido por el RAN-30XL especializado para detectar blancos rápidos que vuelan a baja altura hacia el buque. Esto es especialmente útil en la lucha litoral, que según parece es hacia donde se encaminan las proyecciones estratégicas en el futuro.
Se ha instalado el sistema de guerra electrónica Rigel, un equipo ESM que deriva del también español Aldebarán que trabaja mediante receptores digitales que operan en banda ancha en sustitución de los Nettunel, que nunca funcionaron bien en las fragatas, el porqué es ya otra cuestión. La pena es que no se haya aprovechado p
ara instalar también equipos ECM y también se ha sustituido el equipo interrogador amigo/enemigo por otro IFF mod 5.
También se ha actualizado el sistema de comunicación y el enlace por satélite SATCOM. Respecto al armamento, se ha reemplazado la consola de control del cañón de 76/62 mm y se ha modernizado el sistema de control de fuego Mk-92.
Se ha integrado el block 1 del Sea Hawk en el sistema de combate y los misiles Standard se han mejorado a SM-1 VIB
Por último, se han mejorado los motores diesel y como ya se ha reseñado, se ha retirado el sonar remolcado al estimarse poco eficiente para las amenazas sin que se haya previsto sus reemplazo (y lo que es más alarmante, tampoco en las F-100.
CONCLUSION
Las Santa María han sido buques punteros desde el
mismo momento de su entrada en servicio allá en el lejano 1986, han defendido con orgullo el pabellón de la Armada compitiendo con ventaja con sus contrapartes del resto de marinas europeas. Debido a las limitaciones navales de nuestras fuerzas armadas, han sido utilizadas con profusión y operadas en la mayor parte del tiempo por marinería de reemplazo, lo que aún es más valioso.
La aparición de las F-100 pareciera que iba a relajar algo su azarosa vida, pero la prematura baja de servicio de las Baleares las vuelve a situar en primera línea, aunque esta vez no deberán afrontar las misiones más arriesgadas.
En este contexto, considero que se ha perdido la oportunidad de modernizar completamente estos buques, llevándolos a un estándar de fragatas nuevas de segunda línea, algo por debajo de las noruegas Nansen, evidentemente no les vamos a instalar un AEGIS, pero lo suficientemente avanzadas para realizar su trabajo con garantías y aligerar la tarea de las Álvaro de Bazán.
Con toda seguridad, las razones que han forzado a esta modernización “light” han sido de carácter económico, prefiriendo el gobierno y la Armada dedicar los fondos a otras necesidades. Si el futuro nos depara un horizonte tranquilo hasta el 2020-2030 (fecha en la que deberán ser dadas de baja) la decisión habrá sido acertada ya que el desarrollo tecnológico de nuestra industria y nuestra marina está garantizado por las F-100 y se habrá ahorrado al contribuyente una importante cantidad de dinero.
Si por el contrario, el futuro se torna oscuro y es necesaria la participación de la Armada en conflictos de media-alta intensidad, tal vez nos encontremos con medios limitados para hacer frente a las amenazas.
Pero la respuesta este interrogante permanece oculto en el libro del destino, esperemos que por mucho tiempo.
Fuente y agradecimientos
Quiero agradecer especialmente a Satrack de quien me he permitido la "licencia" de "plagiar" íntegramente el articulo publicado en http://www.elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos/tecnologia/1011-fragatas-f-80-clase-santa-maria , gracias al cual me ha permitido remontarme a 20 años atras y poder añorar esa etapa de mi vida

domingo, 15 de febrero de 2009

La Marina de Castilla

Aunque parezca una contradicción, pues en la actualidad Castilla no disponga de una salida al mar, esto no ha sido así siempre. Espero que esta pequeña reseña histórica sirva para recordar aquellos épicos años
Estandarte
Este se adopta durante el reinado de Fernando III "el Santo", con la unión bajo su corona de Castilla y León.
Durante la Edad Media el origen de los barcos se indicaba con grandes emblemas y con los escudos de los caballeros embarcados. La enseña real o del almirante se situaba a popa y en el tope del mástil.
En los barcos mercantes también se solía situar en el mástil una cruz sobre un gallardete con los colores del puerto de origen y a veces, una grímpola con los del propietario.
La Marina de Castilla
De las dos Marinas, la castellana y la aragonesa, que tras su fusión constituyeron la Armada española, fue la Marina aragonesa la primera en aparecer como una auténtica fuerza naval. Ya en la época de Ramón Berenguer III, a principios del siglo XII, las naves catalanas habían llegado a obtener un gran prestigio en el Mediterráneo occidental, pero este adelanto catalano-aragonés es lógico si tenemos en cuenta las circunstancias históricas.
Por un lado, los Condados catalanes y la Corona de Aragón tuvieron un cierto retraso temporal en la Reconquista del territorio peninsular con respecto a los reinos occidentales. Por otro lado, su fachada marítima les proporcionaba, tanto enemigos contra los que debían defenderse, árabes y genoveses principalmente, como grandes oportunidades de comercio y riqueza, al tiempo que los territorios de su Reconquista, Valencia y Baleares, eran principalmente accesibles por mar. Parece lógico pues que, desde un principio, volcaran más sus energías en la conquista de la mar que en la de la tierra.
Por el contrario, León y Castilla no tuvieron enemigos importantes por el mar, salvo esporádicas y contadas incursiones árabes o normandas, y sus energías estuvieron encaminadas desde un principio a su idea de reconstruir el reino peninsular visigodo, y a defenderse de los ataques por tierra del poderoso califato cordobés. En cualquier caso, esas esporádicas incursiones de árabes y normandos originan un primer intento de obtener una fuerza naval más o menos permanente contra ellas, que cristaliza en la creación de una flota gallega por Diego Gelmírez, obispo de Santiago, a principios del siglo XII. Pero es Alfonso VIII el primer rey castellano que percibe la necesidad de disponer de una flota a su servicio, y para ello dota de Fueros a las cuatro Villas de la costa de Cantabria.
La concesión de Fueros a estas Villas por parte de Alfonso VIII, se convertirá en un acuerdo beneficioso para ambas partes: Los habitantes de las mismas obtendrán sus libertades e independencia de los señores feudales, y esto hará que acudan a ellas nuevas gentes que, a falta de tierras que labrar, explotarán los recursos del mar y del comercio marítimo aprendiendo el arte de navegar y el de la construcción naval; Por su parte, el Rey obtendrá una escuadra para los momentos en que la necesite, que no serán pocos a partir de entonces.
Esto permitió, entre otras cosas, que Roy García de Sant Ander pudiera poner cerco a Cartagena en 1245 al mando de la flota cántabra, en apoyo a la conquista del reino de Murcia. Y que poco después, cumpliendo órdenes de Fernando III El Santo, se aprestara otra flota en Cantabria que, en 1248 y bajo el mando del almirante cántabro Ramón de Bonifaz y Camargo, resultó fundamental para la toma de Sevilla al lograr completar el cerco de la ciudad por el Guadalquivir, rompiendo el puente de barcas que comunicaba la ciudad con Triana. Este último hecho quedó reflejado para siempre en los escudos de diversas villas marineras como Santander, Laredo, Comillas y otras, además de en el actual escudo de Cantabria.
Poco después, la Marina castellana, que contaba ya con aportaciones andaluzas, lograba el dominio del Estrecho y su apertura para el comercio castellano. Este fue el auténtico nacimiento de la Marina de Castilla, la concesión de Fueros a las Villas cántabras, que fue la verdadera causa de que los reyes de Castilla pudieran disponer de fuerzas navales.
La génesis y consolidación de la Marina castellana durante el siglo XIII se basó en las cuatro Villas antes mencionadas, que a partir de ese momento comienzan la apertura del comercio castellano de las lanas y del hierro con Flandes e Inglaterra. Desde la concesión de Fueros a las villas del litoral vasco, esta actividad es compartida por los navegantes de ambas regiones, lo que con el tiempo lleva a la creación, en 1296, de la famosa Hermandad de la Marina de Castilla con Vitoria, o Hermandad de las Marismas, que se fundó en Castro Urdiales con la participación de las villas de Santander, Laredo, Castro Urdiales, Bermeo, Guetaria, San Sebastián, Fuenterrabía y Vitoria, y un año después la de San Vicente de la Barquera. En realidad, esta sociedad se creó con la intención de defender sus propios intereses comerciales en el Cantábrico y en el Mar del Norte, pero al coincidir éstos con los de la Corona, resultó fundamental para la política naval de Castilla durante el siglo siguiente.
Durante la guerra de los Cien Años, la política naval de los Trastámaras elegirá Santander como base naval de las sucesivas armadas que se organizaron. Allí se construyeron las Reales Atarazanas, edificio de grandes proporciones en el interior de la ría de Becedo y al resguardo del promontorio de Somorrostro, núcleo del viejo Santander, que permitía la construcción de galeras para las armadas reales, o la invernada de hasta ocho de ellas.

Además de bases navales, galeras y marinos, Cantabria aportó en este tiempo inicial de la artillería grandes forjadores y constructores de bombardas, entre los que destaca la dinastía de los Ximones que construirían piezas para los reyes de Castilla durante la mayor parte del siglo XV.
Desde Santander se organizaron expediciones como las de Ruy Díaz de Rojas, Ruiz de Avendaño, o los cántabros Hurtado de Mendoza y Pero Niño, primer conde de Buelna, quien atacó Plymouth, Portland y otras ciudades, y llegó a remontar con sus naves el Támesis. Seguramente el más importante de estos hechos fue la batalla de la Rochela en 1372, cuando una flota castellana aprestada en Santander y mandada por el almirante Bocanegra derrotó a otra inglesa con refuerzos para Aquitania, haciendo prisionero al almirante inglés, y empleando por primera vez en la Historia artillería embarcada.
Después de todo ello, a principios del siglo XV, Castilla era sin duda la potencia naval dominante en el Atlántico. Esta potencia naval fue lo que permitió el auge comercial de Castilla con Flandes y los puertos del Canal de la Macha, y se mantuvo con ciertos altibajos durante el siglo XV poniendo las bases necesarias, en cuanto a marinos, naves y conocimientos náuticos, para lograr la gesta del Descubrimiento.

martes, 3 de febrero de 2009

1898:El Fin de un Imperio








Ya lo dice el refrán castellano, "mas se perdió en Cuba". Al hilo de esto dejo esta entrada, de un Blog encuadrado en el Portal Anillo de la Historia; muy bueno para conocer esa parte tan importante de nuestra historia reciente y comprender un poco mas donde estamos ahora.
http://www.eldesastredel98.com/generala.html

lunes, 2 de febrero de 2009

Barco inglés hundido en 1744

La arqueología naval tiene también un hueco en mi blog.
Hay una información interesante aparecida en la prensa de hoy con referencia a la empresa
Odyssey y el hallazgo de un pecio el HMS Victory perdido en Octubre de 1744.
A la espera de que la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration lo confirme hoy, el nuevo descubrimiento de la compañía se llama HMS Victory. Se trata de uno de los barcos más famosos de la flota inglesa del siglo XVIII y una de las pérdidas más dolorosas para la Corona británica. El Victory se hundió el 4 de octubre de 1744 tras una tempestad en el Canal de la Mancha. El almirante que capitaneaba el barco, Sir John Balchen, y toda su tripulación, formada por unas 1.150 personas, perecieron en el accidente. El mar engulló sus cadáveres, unos 100 cañones de bronce y unas cuatro toneladas de oro que ahora podrían ser recuperadas si es que, efectivamente, Odyssey ha dado en el clavo.

El hallazgo de la firma estadounidense, especializada en la búsqueda de restos submarinos, se ha hecho en aguas internacionales, es decir fuera de las aguas territoriales británicas, según fuentes de la compañía. "Lo hemos encontrado a 50 millas (80 kilómetros) de donde se pensaba que estaba", señalan fuentes Odyssey.

Aún así, se trata de un buque de guerra y Reino Unido podría reclamar lo encontrado por la compañía. Eso no quiere decir que el descubrimiento vaya a suponer una disputa entre el gobierno británico y la empresa. Según las mismas fuentes, ambas partes han estado negociando para colaborar en el proyecto y extraer los restos del naufragio. Por ahora, los rescatadores han podido sacar dos cañones de bronce que, según los expertos de Odyssey, suponen una prueba para determinar que el barco encontrado es el Victory.

El descubrimiento del pecio ha sido una "grata noticia" para los descendientes de la tripulación. Sobre todo para los de Sir John Balchen, el almirante del barco, un histórico marino que tras 58 años de servicio emprendió su última misión: rescatar a un convoy de barcos mercantes bloqueados por la flota francesa en la desembocadura del Tajo. Balchen rescató a los barcos y los escoltó hasta Gibraltar. Las provisiones eran vitales porque sin ellas Inglaterra corría el riesgo de perder la guerra de sucesión austriaca, que enfrentó a las principales potencias navales de la época. A su regreso, la tempestad dispersó a la flota, pero todos los barcos pudieron llegar a las costas inglesas a excepción del Victory, el buque que les había salvado de los franceses.

El naufragio manchó un ejemplar historial de servicios a la Corona. Los periódicos de la época publicaron entonces que el barco había chocado contra las rocas y se cuestionó la pericia del marino.Odyssey ha encontrado el barco más allá de las rocas. Robert Balchen, descendiente directo del almirante, relató ayer a este periódico su satisfacción por que el descubrimiento sirva para limpiar la imagen de su antepasado. "Mi abuelo me contó la historia del Victory cuando yo era muy pequeño. Recuerdo cuando me llevó a ver el cuadro del naufragio en el museo. Todo esto sirve para limpiar el nombre de mi antepasado y para que se conozca toda la historia. Es como si volviera a estar vivo otra vez", comentó.

Las relaciones entre el gobierno británico y Odyssey han sido históricamente más fluidas que las que la empresa ha mantenido con España. Desde mayo de 2007, Odyssey mantiene un contencioso en los tribunales de Tampa (Florida) por los derechos de un barco bautizado entonces por la compañía como el Cisne Negro. Detrás de ese nombre en clave, se encuentra una identidad bien conocida, La Mercedes, un barco hundido en 1804 frente a las costas del Algarve tras un combate con la flota británica. España está convencida de que se trata de ese buque. Odyssey considera que es sólo una hipótesis. La disputa continúa en Tampa sin que el juez haya decidido aún quién tiene derechos sobre las 500.000 monedas de plata y oro halladas en el pecio.